Mary Henry es la
única chica que sobrevivió a un accidente que terminó con el auto de ella y sus
amigas hundiéndose en el río. Mas, para sorpresa de todos, ella ha vuelto
distinta: más cortante. Dejando su ciudad y a sus amigos, Mary emprende marcha
a una nueva urbe a trabajar como organista en una iglesia. Pero esto es más que comenzar una nueva vida,
en realidad alguien la esta persiguiendo, y ella ha empezado a sentir una nueva
naturaleza en su ser: un llamado, algo la llama desde los confines de una macabra
feria abandonada.
La mayoría de
la gente que se topa con esta película es porque apellidos como Romero y Lynch
han declarado que esta es una de esas cintas han influenciado sus obras y bla
bla bla. ¿Pero en realidad es tan buena?
Para empezar
precisaré que el tiempo la ha tratado de la chingada, estoy seguro que ya todos
sabemos cómo va a terminar la historia desde la atropellada sinopsis que
escribí arriba. Segundo, quitando a Candace Hilligoss como la protagonista y Sidney
Berger actuando como un pelmazo cualquiera, las demás actuaciones son bastante
acartonadas. Tampoco me voy a poner muy mamón con este aspecto, recordemos que
esta es una película de bajo presupuesto de comienzos de los 60, pero para el
espectador de hoy… hay actuaciones que sí son difíciles de tomar en serio; bueno,
tampoco es que hablen mucho, así que se fácil pasar por alto este defecto la mayoría
del tiempo. Lo que sí creo que es exquisito es el uso de la banda sonora, es la
que da vida a la película: es el titiritero de toda la trama, hasta el punto en
que hay una escena donde está manipula a la protagonista a su antojo. Eso y el
manejo de los ángulos de cámara; aunque estos son bastante amateur, incluso
para su época, se llevan muy bien con los silencios, sonidos y la banda sonora.
Incluso con
los defectos que a dejado al descubierto el tiempo, Carnival of souls aún tiene
aspectos geniales que mucha gente debería volver a apreciar. Qué más puedo decir: es un clásico.