Una película
con mucha personalidad e ideas que deberían ser tomados con más seriedad en el
cine moderno, en especial en la ciencia ficción.
Donnie Darko, un muchacho con problemas de
esquizofrenia, escapa de la muerte después de haber sido llamado, en un
aparente trance, por un sujeto disfrazado
en un tétrico traje de conejo llamado Jack revelándole que el fin del mundo será
dentro de 28 días. En adelante Donnie
intentara averiguar las razones de la existencia de Jack, mismas que lo
llevaran a conocer la naturaleza de los eventos que se aproximaran dentro de
los 28 días.
Donnie Darko tiene el mérito de ser unas de las
pocas películas que me atrevo a ver más de una vez; solo para captar los
diferentes mensajes que me quiere dar y
los posibles significados extras (o tal vez solo le busco mangas al chaleco,
pero de todos modos me entretiene).
La trama y su
desarrollo me mantuvieron siempre constante a los diálogos, la relación entre
los personajes y la carga de los acontecimientos; que podrían mostrarme donde se
dirigía la historia y aun así encontraba huecos donde parecía querer decir más.
La banda
sonora está bastante bien, sus tonadas suaves y su intento de reflejar la época
en que sucede la trama sazona las escenas y da un toque místico a la película y
su historia.
En cuanto a la
actuación tengo varios conflictos, la sobre actuación de algunos actores (como Jake Gyllenhaal) y la brillante actuación
de otros (como de Mary McDonnell) me
hicieron sentir un contraste caricaturesco y aunque el desarrollo de la trama
tenga ese tinte; sinceramente no fue de mi agrado.
Junto con
efectos especiales de bajo presupuesto que da un toque excéntrico entre: el mal
gusto y el anillo al dedo.
Donnie Darko posee una esencia que puchas películas
contemporáneas anhelarían tener, y aun con los problemas estéticos podría
catalogarla como una película de serie B con una trama que va muy por encima de
una simple historia interesante, que le hace merecedora del título de película de culto.
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