viernes, 13 de enero de 2017

La dimensión del cine B: Brain Damage




  
"Listo para suplicármelo Brian, listo para arrastrarte por el suelo y suplicar por mi jugo, ¿No? ¿Todavía no? Bueno, esperaremos unas horas más. Cuando ya no puedas superar el síndrome, yo estaré aquí; cuando quieras parar el dolor, ven a mí; cuando el dolor sea tan fuerte que ya no puedas soportarlo, no tienes más que pedir mi ayuda; ven a mí cuando ya no puedas resistirlo Brian. Ven a mí.”

Recientemente la novia y el hermano de Brian están perplejos por su nueva actitud. Se ha vuelto más reservado, dice disparates y no  deja que cualquiera entre a su cuarto o al baño del departamento.  Lo que no saben es que Brian ahora esta bajo el poder del Aylmer, un parásito primigenio que controla a su huésped inyectando una potente droga directamente en su cerebro. Con Brian a merced de su droga, Aylmer no tarda en saciarse de su comida favorita: cerebros humanos frescos. 

Con un viaje psicodélico, una narración torcida y un dildo bailarín con una interpretación vocal exquisita, Frank Henenlotter presenta otra de sus clásicas comedias de terror. Aunque las actuaciones están bien para interpretar a un montón de idiotas arrastrados a lo desconocido, el trabajo de John Zacherle como la voz de Aylmer es fenomenal: dota al parásito una personalidad magnética y lo convierte en la mayor razón para, por lo menos, dar un vistazo a la cinta. 


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