Una de las
películas más influyentes del maestro John
Carpenter.
En 1988 los
índices de criminalidad en los Estados Unidos han llegado a niveles
catastróficos. El Gobierno ha decidido evacuar la
isla de Manhattan, sitiarla y
convertirla en una prisión de máxima seguridad. No hay guardias dentro de la
isla "solo el mundo que hayan creado sus prisioneros". Nueve años más tarde, un
atentado terrorista en el air force one
presidencial termina con el presidente de los Estados Unidos como rehén de los
habitantes de la prisión. A manera de última medida, el oficial en jefe de la prisión
recurre a Snake Plissken, veterano
de guerra y reciente prisionero, proponiéndole su libertad (y su vida) a cambio
de recuperar al presidente en menos de veinticuatro horas.
Se nota que
los años no le han caído bien, no es que ahora parezca una
película clase B, pero muchos
efectos ya se ven algo cutres. Tampoco es que sea tan importante en esta
ocasión, su legado ha perdurado hasta nuestros días y eso muy pocos
trabajos (tanto fuera como dentro del cine) lo logran hacer. La historia es un
churro gringo, que a la vez está en contra de su propia naturaleza.
La banda
sonora es pasable, John
Carpenter siempre ha destacado por usar tonos rápidos y opresivos
pero en esta ocasión opto por algo más suave. Aun así,
es bastante llevadera y tienes sus momentos buenos. El estilo musical es más
modesto comparado a los otros trabajos de Carpenter (a mi gusto paso por
aburrido, pero esto ya es mí mera opinion).
La atmosfera general
está muy bien trabajada, la suerte de un Mad
Max en Manhattan es bastante acertada: se siente la erosión de los años y
el paso de los criminales por la ciudad. Hay muy pocos personas principales y
se disfrutan bastante, posen caracteres demasiado idealistas pero cada uno
cumple su papel con cierto atractivo.
Escape de New York pose un carisma que logra quedarse; no es nada del otro mundo, pero todo lo que maneja lo hace bien (o por
lo menos en su tiempo lo hizo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario